La ketamina es un anestésico de uso hospitalario y veterinario utilizado en el mundo entero. Los efectos de esta droga a dosis subanestésicas llegan a cubrir una parte considerable del amplio espectro de los posibles y diferentes estados alterados de conciencia. Abarca desde la leva embriaguez hasta las más impactantes vivencias de textura onírica y auténticamente alucinatoria, pudiendo, incluso, desencadenar experiencias cercanas a la muerte y fenómenos de desdoblamiento corporal.
EFECTOS
A corto plazo:
La ketamina provoca una sensación de que la mente ha sido separada del cuerpo. El tacto es excepcional y supersensorial. Esto crea alucinaciones y experiencias "fuera del cuerpo" de 2 a 3 horas.
El estado anestésico que produce se caracteriza por un estado de analgesia profunda, perdida de la conciencia y reflejo normal de la faringe y laringe. A este estado de anestesia se le a llamado "Anestesia Disociativa''. Sus efectos están condicionados al ambiente y al estado de humor de la persona.
Durante este tiempo, podrias ser incapaz de moverte.
Algunos de los efectos adversos que podemos encontrar son:
- Anorexia
- Vómitos
- Nauseas
- Elevación del pulso y presíon sanguinea
- Varias dosis puede crear problemas respiratorios y fallo en el corazón
- En casos de sobredosis puede provocar sudor frío, pérdida de la orientación y el conocimiento. Si se combina con alcohol o barbitúricos puede producir una parálisis del sistema respiratorio. Tanto si pierde el conocimiento como si deja de respirar, hay que llamar una ambulancia y darle toda la información que se posea al equipo médico.
- Personas con la tensión sanguínea alta
- Pacientes de eclampsia o pre-eclampsia
- Personas que padecen lesiones oculares abiertas o cualquier patología ocular en la que la elevación de la presión intraocular pueda resultar peligrosa
- Personas que tengan antecedentes de accidentes cerebrovasculares.
- En esquizofrénicos es capaz de activar sus síntomas psicóticos
El uso crónico de ketamina puede conducir a deterioro cognitivo, incluyendo problemas de memoria. El uso regular de disociativos reduce drásticamente la cantidad de neurotransmisores en el cerebro. El uso frecuente o una adicción pueden dejar a la persona con una severa depresión, ansiedad extrema e incapacidad mental. Al principio puede manifestarse como cansancio y dificultad para recordar hechos pasados pero puede empeorar con el paso del tiempo.
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